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JALISCO DESATA SU FURIA POR ASESINATO DE GIOVANNI LÓPEZ

Manifestantes y policías heridos, (entre ellos uno a quien le prendieron fuego), al menos 26 personas detenidas, dos patrullas quemadas y daños en la fachada y el interior de palacio de gobierno de Jalisco, fue el saldo de una protesta por la muerte de Giovanni López, el joven albañil de Ixtlahuacán de los Membrillos, que fue presuntamente asesinado por policías de ese lugar el pasado 4 de mayo.

Esta manifestación, acusó más tarde en redes sociales el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, “fue una provocación y fue maquinada desde los sótanos del poder de Ciudad de México”. La manifestación, promovida en redes sociales para las 17:00 horas de ayer por la cuenta @riotboymx, fue secundada por un millar de personas que se fue uniendo en una marcha que inició en el Parque de la Revolución y culminó en el Centro de Guadalajara.

El cineasta tapatío Guillermo del Toro fue uno de los que apoyaron la protesta, pues desde el mismo día de su convocatoria retuiteó el mensaje de la convocatoria. Con pancartas y gritos, todos con la misma consigna, “Giovanni no murió… a Giovanni lo mataron”,  los manifestantes avanzaron hasta llegar a palacio de gobierno, donde de inmediato comenzaron las pintas: ‘Justicia para Giovanni’, ‘Policías puercos’ y ‘Fuera Alfaro’.

El acto se descontroló cuando un grupo de jóvenes encapuchados hizo pintas en dos camionetas de la policía estatal que estaban estacionadas a un costado de la sede del gobierno, y luego les prendió fuego hasta quedar completamente calcinadas.

Entonces la manifestación se dividió. Muchos de los participantes comenzaron a golpear las puertas de palacio, mientras otros se retiraron al no aprobar la violencia. Luego de más de una hora de intentar destruir las puertas, a patadas primero, luego utilizando postes de señalización e incluso con una cabina telefónica que arrancaron de la banqueta, lograron romper el acceso por la calle Maestranza e ingresaron al inmueble, donde un grupo de policías intentó repelerlos sin éxito.

Los quejosos rompieron vidrios de las oficinas que dan al patio central del edificio, e ingresaron a la de Participación Ciudadana, ahí destrozaron mobiliario y líneas de comunicación.

Más tarde, los mismos manifestantes salieron de palacio y fueron seguidos por los policías que estaban dentro del edificio. Hubo entonces un primer enfrentamiento del que uniformados resultaron con lesiones en la cabeza, pues no portaban equipo de choque.

Hasta ese momento la presencia de policías en la zona de la manifestación había sido casi inadvertida. Sin embargo, al comenzar el enfrentamiento en la calle entre jóvenes y los policías que resguardaban el palacio, comenzaron a llegar agentes estatales para apoyar a sus compañeros. A partir de ese momento, cerca de las 19:00 horas, hubo diferentes escaramuzas entre manifestantes y policías. En esos jaloneos hubo golpes de los uniformados hacia civiles, incluyendo algunos periodistas que cubrían el hecho. También lanzaron gas lacrimógeno sobre los manifestantes.

El momento de mayor tensión vino cuando policías en motocicleta colocaron una valla con sus vehículos en la avenida Juárez, a dos cuadras de palacio: ahí jóvenes y agentes se encararon sin mayores consecuencias. Sin embargo, un muchacho logró acercarse por la espalda a un policía, le arrojó un líquido inflamable y de inmediato le prendió fuego con un encendedor.

El policía, envuelto en llamas, se arrojó al suelo y algunos de sus compañeros se esforzaron para apagar el fuego, mientras que otros comenzaron a lanzar golpes contra los civiles que se acercaron incluso con el propósito de ayudar. Fue hasta que un hombre les pasó una botella con agua que lograron extinguir las llamas.

El herido fue retirado del lugar por sus compañeros, y por la noche se informó que había sido llevado a un hospital particular con quemaduras que lastimaron su cuello, pero, al parecer, sin consecuencias graves. Cerca de las 20:00 horas regresó la calma al primer cuadro de Guadalajara. Más tarde, el gobernador Alfaro defendió lo que dijo era una manifestación legítima como muchas que se han dado en su gobierno y que él siempre ha respetado.

La manifestación por el asesinato de Giovanni inició con 150 personas y de la nada, mencionó Alfaro, salieron muchos más, quienes provocaron la violencia nunca antes vista en su entidad.

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