Miles de españoles se levantaron temprano el sábado para abrocharse las zapatillas por primera vez en siete semanas de encierro después de que el gobierno pusiera fin a la prohibición de hacer ejercicio al aire libre.
Vestidos con ropa deportiva, los madrugadores salieron a la calle a las 6 a correr, andar en bicicleta y caminar de manera intensa, y muchos tomaron precauciones adicionales para relajar los músculos desacostumbrados y evitar un esguince de tobillo que arruinaría la alegría de recuperar el ejercicio fuera de casa.
Algunos corredores portaban mascarillas a pesar de la dificultad que causan para respirar. Las autoridades españolas de salud han recomendado el uso de tapabocas para reducir la posibilidad de infección por el virus que causa el COVID-19.
Después de un trote de 20 minutos en Barcelona, Cristina Palomeque, de 36 años, se tomaba un descanso cuando se le preguntó como se sentía.
“Bien, muy cansada. Llevo seis semanas sin hacer ejercicio y se nota que estoy en baja forma”, dijo. Comentó que ya estaba cansada de hacer ejercicio en casa, tomando clases de Zumba y yoga en línea.
“Hay gente que piensa que es demasiado temprano, y pienso igual, pero también es importante hacer ejercicio para la salud”, agregó.
Un cielo soleado en Barcelona atrajo a muchos al paseo marítimo cerca de la playa, que aún está vedada a los visitantes. Se supone que las personas deben respetar una distancia de dos metros entre sí, pero las multitudes en algunos lugares lo hicieron imposible.
Desde que España comenzó su confinamiento en hogares el 14 de marzo, sólo los adultos podían salir para comprar alimentos, medicinas y otros bienes esenciales, o bien para pasear a sus perros cerca de casa. Todos los desplazamientos quedaron prohibidos, pero ahora se permiten desplazamientos inevitables hacia y desde el trabajo, mientras las autoridades alientan a las personas que pueden trabajar desde casa a que lo sigan haciendo.