A pocos días de haber regresado luego de que su cargo había desaparecido con el llamado “Plan B”, el Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral INE, Edmundo Jacobo Molina, presentó su renuncia al cargo de forma irrevocable con efectos a partir del 3 de abril.
Esta separación de actividades dijo, es clave porque permite una continua revisión y examen del trabajo electoral.
Sostuvo que la notoriedad que sin buscarla adquirió, luego de su cese como Secretario Ejecutivo por el llamado “Plan B” de la reforma electoral, así como la presentación y resolución del amparo interpuesto por su persona, “constituye un impedimento -desde su punto de vista- para continuar desempeñando con discreción y eficacia las actividades propias de la Secretaría Ejecutiva”.
Finalmente, señaló que, después del privilegio que fue estar en el INE, seguirá luchando por la democracia desde otra trinchera dando opiniones, puntos de vista y trabajando para que no haya retrocesos en la vida democrática.
Por otra parte, el diputado Mario Rafael Llergo dio a conocer que, tras 14 años de servicio por parte de Jacobo Molina, se retira con 10 millones de pesos de finiquito.
